EL MEDICO, EL PSICOANALISTA Y LO PSICOSOMÁTICO.
Jorge C. Ulnik
A pesar de reconocer la importancia de los factores psicológicos en las enfermedades somáticas y resaltar la importancia de la calidad de vida para cada enfermedad, los médicos no han cambiado la forma de tratar a los pacientes. El psicoanálisis y el enfoque psicosomático podrían contribuir a que se produzcan cambios, pero para eso también el psicoanalista debe cambiar. El abordaje psicosomático implica una actitud del psicoanalista que no retrocede frente a la enfermedad somática y que lo ayuda a reconocer en dichos trastornos tanto la ruptura de un eslabón simbólico como el pasaje a otro nivel de expresión simbólica, preverbal. El autor propone ampliar el campo de lo psicosomático y reconocer ciertas características que se repiten con frecuencia en este tipo de pacientes, como por ejemplo, las dificultades de simbolización, el desfasaje entre las ideas y los afectos, los excesos pulsionales, los problemas de identidad y la ambivalencia y la fragmentación de la personalidad. El problema exige una adecuación de la técnica: la participación más activa del analista y una escucha que debe funcionar “como si” los órganos fueran representaciones, y que debe favorecer el acceso a la simbolización pasando de nivel en nivel y estableciendo cortocircuitos entre esos niveles para favorecer el tránsito entre ellos. Como si se pudiera pasar de la escena de los órganos a la escena de las cosas, y de allí a las escenas de la vida, con las consecuencias e implicancias afectivas que ello conlleva.
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