Terapia Grupal

¿Qué es un Grupo Terapéutico?

 La psicoterapia de grupo es una forma especial de terapia en la cual un grupo pequeño se reúne, guiado por un/a psicoterapeuta profesional, para ayudarse individual y colectivamente. Esta forma de terapia es de uso muy extendido, y aceptada desde hace más de 50 años.

Si lo pensamos bien, todos nos hemos criado en grupos, ya sea en la vida familiar o escolar, como trabajadores o como ciudadanos. Nos desarrollamos como seres humanos siempre en ambientes grupales. La psicoterapia de grupo provee un contexto para compartir los problemas o preocupaciones, comprender mejor la propia situación, y aprender junto con las demás personas.

La psicoterapia de grupo ayuda a la persona a conocerse a sí misma, y también a mejorar sus relaciones interpersonales. Puede centrarse en los problemas de soledad, depresión y ansiedad. Nos ayuda a realizar cambios importantes para mejorar la calidad de la vida.

La terapia llevada a cabo en un grupo implica que varias personas se encuentren dispuestas a compartir la experiencia de relatar y pensar sus conflictos delante (y junto) con otros.

Hay múltiples razones por las cuales se toma la decisión de hacer terapia; se relacionan directamente con problemas que afectan la vida en el área afectiva, social o laboral y que obstaculizan al desarrollo personal y la relación con los otros. El motor de esa búsqueda es el sufrimiento y la necesidad de ayuda.

Integrar un grupo terapéutico implica participar de un proyecto compartido con otros; en quienes la persona buscará apoyo, se verá reflejada, podrá disentir con ellos (o le provocará enojo hacerlo), compartirá la vivencia de problemática común con los otros integrantes del grupo y notará que también sufren, que no está solo.

Se pone en marcha, un proceso emocional que crece con la progresión del trabajo terapéutico, del incremento de la confianza; de la posibilidad de acceder al conocimiento de sensaciones y sentimientos penosos (propios y de los demás), y acceder al análisis y elaboración de los mismos; con la intervención de un terapeuta especializado en el tema.

La tarea del profesional es acompañar y promover este proceso con intervenciones adecuadas, que estimulen el recuerdo y la comprensión respecto de cuál es el conflicto limitante y productor del sufrimiento.

Para que ese Grupo sea Terapéutico, se necesita un marco de seguridad y confianza y unos requisitos de quién desea pertenecer a él:

1) el deseo y la necesidad del sujeto de compartir esa experiencia;

2) tener capacidad de espera, ya que los conflictos que duraron toda una vida no se resuelven rápidamente;

3) poder hablar y escuchar a los otros del grupo, para que el conflicto encuentre eco en la interioridad de cada uno, y desde allí acceder al enriquecimiento de la vivencia múltiple (grupal).

De esta forma y con el trabajo interpretativo del psicoterapeuta, se comprenden aquellos aspectos inconscientes del conflicto que limitan la vida.

Los psicoterapeutas con enfoque psicodinámico, participamos con interpretaciones, haciendo comentarios, relacionando experiencias y sensaciones que se generan en nuestra persona (por los sentimientos provocadores de contratransferencias), o en los integrantes del grupo.

Nuestra tarea es reflejar esa imagen que se describe en el trabajo grupal y mostrarla como en un espejo, y asi dar cuenta del aspecto relacional del sujeto dentro (y fuera) de alli.

Buscamos la comprensión más profunda, sin sugerir conductas. El objetivo es que cada persona la encuentre dentro suyo, ya que se trata de una experiencia vivencial (no sólo hablada) y el relato contiene respuestas verbales y no verbales, en ese entorno en red que promueve el grupo.

La indicación por la cual el terapeuta decide si alguien integrará un grupo (o no) se lleva a cabo a través de entrevistas individuales, que cumplen también con la función de conocimiento de ambas partes (paciente y terapeuta). Si por el tipo de padecimiento sufrido, la persona no puede incluirse en el grupo, se lo orienta con respecto a qué otro tipo de terapia puede acceder en ese momento.

El funcionamiento de la terapia grupal se lleva a cabo en una o dos reuniones semanales de 90 minutos de duración y se denominan ‘sesiones grupales’. En ellas se desarrolla el trabajo del grupo, en un lugar determinado, con horario estable, y con ciertas normas establecidas por los terapeutas. La consigna empleada es: ‘hablen de lo que se les ocurra’ en el sentido de privilegiar las ocurrencias (asociaciones libres), emergencia que ocurre posteriormente, ya que en los primeros momentos aparecen relatos de diversas situaciones personales conflictivas, que fueron los detonantes de la situación actual.

Se interpretan los contenidos, la modalidad de interacción y los emergentes grupales, que dan cuenta de las situaciones inconscientes (no sabidas) que comienzan a circular simultáneamente con el inicio de la actividad grupal. Con el transcurrir del tiempo, se establece una modalidad de trabajo que da cuenta de un proceso propio del devenir de cada grupo; es el momento de estabilidad y constancia.

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